Las obras de María Santacecilia se caracterizan por un estilo artístico que ha evolucionado a lo largo del tiempo, incorporando elementos del informalismo, el surrealismo y la abstracción.
Su trabajo se destaca por la exploración de técnicas mixtas y la utilización de una variedad de materiales como el grafito, la tinta y el acrílico, lo que le permite crear texturas tanto visuales como táctiles.
En sus dibujos, Santacecilia emplea retículas en tinta como un medio para organizar el caos, mientras que sus pinturas e instalaciones reflejan una ruptura con lo formal, explorando múltiples significados y tensiones en sus composiciones.
Su arte aborda temas como la identidad femenina, la memoria y las dificultades enfrentadas por las mujeres en el ámbito artístico, lo que añade una dimensión conceptual y crítica a su obra.
En resumen, el estilo de María Santacecilia es ecléctico y experimental, con una fuerte inclinación hacia la abstracción y la exploración de conceptos profundos a través de técnicas mixtas y una rica variedad de materiales.
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